Este es un principio básico que explica cómo se
origina las fuerzas en sistemas electromecánicos como los motores eléctricos.
Sin embargo, la completa descripción para cada tipo de motor eléctrico depende
de sus componentes y su construcción.
El principio de funcionamiento de los motores
eléctricos de corriente directa o continua se basa en la repulsión que ejercen
los polos magnéticos de un imán permanente cuando, de acuerdo con la Ley de
Lorentz, interactúan con los polos magnéticos de un electroimán que se
encuentra montado en un eje. Este electroimán se denomina “rotor” y su eje le
permite girar libremente entre los polos magnéticos norte y sur del imán
permanente situado dentro de la carcasa o cuerpo del motor.
Cuando la corriente eléctrica circula por la bobina de este electroimán giratorio, el campo electromagnético que se genera interactúa con el campo magnético del imán permanente. Si los polos del imán permanente y del electroimán giratorio coinciden, se produce un rechazo y un torque magnético o par de fuerza que provoca que el rotor rompa la inercia y comience a girar sobre su eje en el mismo sentido de las manecillas del reloj en unos casos, o en sentido contrario, de acuerdo con la forma que se encuentre conectada al circuito la pila o la batería.
Cuando la corriente eléctrica circula por la bobina de este electroimán giratorio, el campo electromagnético que se genera interactúa con el campo magnético del imán permanente. Si los polos del imán permanente y del electroimán giratorio coinciden, se produce un rechazo y un torque magnético o par de fuerza que provoca que el rotor rompa la inercia y comience a girar sobre su eje en el mismo sentido de las manecillas del reloj en unos casos, o en sentido contrario, de acuerdo con la forma que se encuentre conectada al circuito la pila o la batería.
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